Encanto singular de sus calles y rincones
depuebloenpueblos.blogspot.com
Una vez visitado el museo y este precioso paraje de la Fuente Ribera, volvemos de nuevo por el sendero hacia la calle Molinos. Una vez cruzado el arco giramos a la izquierda para volver a la calle del Río donde hacemos una parada para contemplar otro paraje de belleza como es el Parque de San Juan y la Cascada del Zurreón. Se trata de un parque de grandes dimensiones, con unas vistas espectaculares al río Caicena, donde puedes disfrutar de un buen rato al lado de la naturaleza. Desde este parque puedes acceder a la impresionante cascada del Zurreón, formada por el río Caicena.
Continuamos por la calle del Río para seguir recto ascendiendo por la calle Médico Almagro que nos lleva casi al final de la misma a una pequeña plazuela donde se ubica la Torre del Reloj. Si cada ciudad tiene un monumento emblemático que la diferencia, Almedinilla tiene su Torre del Reloj. Fue la torre-reloj que presidía la antigua Plaza de Abastos, donde se encuentra actualmente el Ayuntamiento. Se compone de una torre de ladrillo coronada por tejas verdes. Lo simbólico de esta torre es que se puede ver desde cualquier punto de la localidad pues sobresale por encima de todos los tejados y azoteas del pueblo. Se construyó a principios del siglo XX en estilo neomudéjar, estilo historicista reivindicado como estilo nacional propio por estar basado en una expresión artística singularmente hispánica. Intenta rememorar el estilo propiamente mudéjar, que fue la expresión artística de artesanos y alarifes hispano-musulmanes de la Edad Media dentro de los territorios hispano-musulmanes pero sobre todo en los hispano-cristianos, entre los siglos XII y XVII, mezclando elementos románicos, góticos y renacentistas, con el arte andalusí hispano-musulmán. Se caracteriza por el uso del ladrillo, el yeso, la cerámica o la madera, con profusión decorativa: ajedrezados, espinas de pez, esquinillas, arcos ciegos, redes de rombo y cruces cristianas.
La belleza de un pueblo no está solamente en sus monumentos, también se encuentra en los pequeños detalles. El pueblo de Almedinilla goza de un encanto singular en sus calles y rincones, donde con un pequeño paseo apreciarás diminutas características que hacen de este pueblo un lugar donde soñar.
Callejear por Almedinilla proporciona la oportunidad de descubrir calles particulares como Cerrillo, Calvario, Acequia, Vado, Río o Ramón y Cajal, esta última es el vivo reflejo del pueblo, estrecha con olor a azahar gracias a los naranjos que la decoran envolviendo y arropando nuestro paseo.
La Plaza de los Cuatro Caños, punto de encuentro de los vecinos, es el lugar ideal donde reunirse para pasar un rato agradable refugiados del calor típico del pueblo. Esta plaza nos encandila con la belleza de su fuente compuesta por un pilar circular de 2 m. de diámetro y 50 cm. de altura, en cuyo centro se emplaza una pilastra dotada de un fuste circular en su parte baja, una pileta de planta circular en medio y un cuerpo superior de forma troncocónica provisto de cuatro caños que está rematado con una cruz de hierro forjado.
Volvemos de nuevo al parque de la Alameda para coger nuestro coche ya que el siguiente punto de la visita se situa a unos 3 km. de la localidad. En concreto vamos a visitar el Poblado ibero del Cerro de la Cruz.