Hoy queremos compartir con vosotros una historia bonita.
A punto de alcanzar el ecuador del verano, después de un mes de julio en el que no hemos parado de recibir inquilinos y con el mes de agosto completo, esta mañana hemos agotado la disponibilidad de la temporada de verano de la mejor forma posible.
No hace mucho tiempo, en Colomo vivían varios vecinos que compartían lo mejor de sí mismos con el resto para subsistir en un medio rural alejado de otros núcleos de población en los que había más facilidades. Sus casas fueron desapareciendo poco a poco hasta quedar solo un par de testigos de aquella rica convivencia.
En la pequeña casa de la foto que acompaña a este texto vivía el burro de Mercedes, la costurera que junto a su marido Pedro habitaban una casa que ya no existe.
Carmen, la hija pequeña del matrimonio, se casó con José, que vivía en la Cañada García ( como sabemos que hay muchas personas que nos siguen que son del entorno es probable que los recuerden).
Montse, hija de José y Carmen y nieta de Mercedes, nació en Colomo, en esa casa ya hoy desaperecida. Imaginad lo que sintió al descubrir por casualidad que nuestra casa se ofertaba como alojamiento turístico.
Ellos están muy ilusionados porque a mediados de septiembre volverán a pasar unos días en su origen y nosotros no lo estamos menos por haber llegado hasta aquí, manteniendo la casa que dará soporte a esa ilusión.
Nos gusta compartir estas historias y quién sabe, quizás nos lea alguien que conozca a la familia y podamos propiciar algún encuentro después de más de cicuenta años.