En el resto de las localidades de la comarca (Carcabuey, Fuente-Tójar y Priego) no se ha celebrado por las medidas sanitarias del Covid-19.
Manuel Carrillo Castillo
Ayer domingo, la Parroquia de Almedinilla celebraba la festividad del Corpus con la tradicional misa y procesión de la Custodia bajo palio por todas las calles de Almedinilla en las que no había altares, feligresía ni niños de primera comunión como es la costumbre; pero si hubo fachachadas engalanadas. Solo acompañaban al Santísimo Sacramento el párroco que portaba la custodia y un reducido grupo de mujeres de la Adoración Nocturna que portaban los palos del palio.
Y, es que la pandemia del coronavirus ha alterado todas las celebraciones litúrgicas y sociales.

En cuanto al resto de las localidades de la comarca, un comunicado conjunto las parroquias de Priego, la Adoración Nocturna y la Agrupación General de Hermandades y Cofradías de Priego anunciaron el pasado miércoles la suspensión de las procesiones, al que se unieron Carcabuey y Fuente-Tójar. Según se indica en el comunicado, del 8 al 10 de junio se celebrarían la ofrenda floral al Santísimo y el triduo preparatorio en la parroquia de la Asunción, con el aforo indicado por las autoridades sanitarias. En cambio, el jueves 11 de junio no se podrá realizar la solemne procesión por las calles de Priego.
El origen de esta fiesta se remonta a la Edad Media, periodo en el que aparecen los movimientos “heréticos” en Europa que van a cuestionar la sagrada forma, siendo instituida mediante bula, por el Papa Urbano IV en 1264 en toda la Iglesia y difundida en el siglo XIV a todo el mundo católico como festejo procesional.
En el Concilio de Trento, ya en el siglo XVI, se impone un día concreto al año como festivo para conmemorar esta celebración: 60 días después del Domingo de Resurrección, coincidiendo siempre en jueves. En Andalucía parece ser que se conoce desde fines del siglo XIV o principios del XV.