Con misa en la ermita del Cerro de Priego, procesión de la Virgen por los parajes del entorno y amplio programa de actividades en las instalaciones del Mesón “El Galope”.
Manuel Carrillo Castillo
La amplia tradición cultural del municipio de Almedinilla hace que en cada aldea haya una o varias fiestas en honor de santos y vírgenes durante el mes de mayo, y Venta Valero no es ninguna excepción.

Cada sábado del último mes de mayo pone el punto final a las fiestas de mayo almedinillense con la celebración de la fiesta en honor a la Inmaculada en la ermita del Cerro de Priego de Venta Valero, con una misa solemne oficiada por el párroco David Ortiz y acompañada por el Coro Rociero “Al Son de nuestra Tierra”, de La Hortichuela (Alcalá la Real), vecindario del núcleo rural y antiguos moradores instalados en los municipios cercanos de Alcalá la Real, Montefrío, Almedinilla y Priego de Córdoba, que tuvo el broche de oro con la procesión de la Virgen por los parajes de Córdoba, Jaén y Granada.

Tampoco han estado ausentes los actos de convivencia que desbordan la alegría, como la gastronomía, el ocio y la música como la degustación de carne en salsa y dulces caseros, aportados por el vecindario, y papuecas con chocolate, como fin de fiesta.
También estuvieron presentes los juegos, el bingo, la carrera de cintas y el baile amenizado por el grupo “Peyka” que se prolongó hasta altas horas de la madrugada del domingo.

Si cualquier día es importante para celebrarlo, el último fin de semana de mayo se vive con un sabor especial en Venta Valero, desde el punto de vista religioso o profano, con actividades para todas las edades y gustos propias de su acervo cultural.
La organización de esta edición ha corrido a cargo del Mesón “El Galope” y el Ayuntamiento de Almedinilla.