Texto; Ángel Robles / El Día de Córdoba
El pasado día 20 de febrero el Día de Córdoba publicaba reseñas de doce pueblos de Córdoba para redescubrir, resaltando aspectos como Naturaleza, Patrimonio, Gastronomía, Arquitectura e Historia, unidos a una oferta turística de los doce municipios de Córdoba menores de 5.000 habitantes que acaban de reabrir al turismo y disfrutar de la desescalada de la provincia de Córdoba, con los títulos siguientes:
Iznájar, sobre un mar interior; Cardeña, encinas, estrellas y el mejor lechón; Dos Torres, la arquitectura más pura; Almedinilla, arqueología y paisaje; Hornachuelos, naturaleza intacta; Santaella, de la la calidad de la Campiña al Donadío; Cañete de las Torres, primera villa botánica de España; Carcabuey, Subbética en plenitud; Moriles, entre vinos; Montemayor y sus dos castillos; Fuente Obejuna, entre aldea y aldea; y Monturque, una atalaya sobre la Campiña.
ALMEDINILLA, ARQUEOLOGÍA Y PAISAJE
Almedinilla, de 2.370 habitantes, en plena Subbética, es un pueblo vivo y dinámico en el que el blanco de sus casas, mezclado con la roca de su sierra, se confunde con el verde de su olivar.
Aunque hablar de Almedinilla es, sobre todo, hablar de arqueología, cultura y patrimonio, tal y como lo hacen sus importantes yacimientos arqueológicos: la villa romana de El Ruedo (de martes a domingo, de 10:00 a 14:00, y sábados tarde de 16:00 a 18:00), una de las superficies más importantes de la Península; el poblado íbero del Cerro de la Cruz, uno de los pocos de Baja Época Ibérica excavados en Andalucía, y su Museo Histórico-Arqueológico (de martes a domingo, de 10:00 a 13:30), donde reina la escultura del dios grecorromano del sueño: Hypnos o Somnus, cuyo estado lo convierte en la más importante de las pocas conservadas en el mundo.
La Oficina de Turismo ofrece visitas guiadas muy interesantes y packs que pueden reservarse en el teléfono 957 70 33 17. Aunque no todo es arqueología. El municipio, enclavado en un lugar de fresco verdor, es punto de partida de varias rutas interesantes, como la que llega a la cascada conocida como el salto del Caballo, en el río Caicena, situada a 45 minutos del casco urbano y que es apta para toda la familia.